Los misterios del tarot y la videncia
A lo largo de toda la historia han existido numerosas disciplinas para predecir el futuro. Desde el sacrificio a deidades mitológicas, hasta los que creen ver aliens, pasando por todas las herramientas que el mundo esotérico pone a nuestra disposición. Una auténtica vidente podrá utilizar muchas de ellas con la finalidad de darle a su consultante la mejor y más precisa predicción sobre su porvenir.
En los últimos tiempos y auspiciada por el auge de las nuevas tecnologías, las artes adivinatorias y sobre todas ellas el tarot, están viviendo un gran repunte, por un lado gracias a la facilidad que a través del teléfono o internet se pueden poner en contacto vidente y cliente, como por la más que probada veracidad de estos servicios. Miles de llamantes a lo largo y ancho del mundo lo avalan.
¿Desde cuándo existe el tarot?
No siempre esto ha sido así, pues ya en la edad Media existían artes parecidas, que fueron claramente perseguidas por la Iglesia católica. No en vano la conexión de las videntes con el más allá les desmontaba completamente el chiringuito de baluartes de la verdad. A base de aceptación y demostrada utilidad, el tarot se fue arraigando en la sociedad hasta el día de hoy, en el que millones de personas al año confían su futuro a las manos de una tarotista.
Este repunte imparable de la adivinación también está parejo con la aparición de un elevado número de personajes fraudulentos y estadores. Tal y como nos cuenta Marifrans Agustí (puedes acceder a sus tiradas de tarot virtual accediendo al enlace anterior), “la forma más fácil de detectar a un estafador es mintiéndole tú a él. Una auténtica vidente sabrá que no le estás diciendo la verdad, porque no le cuadrarán tus palabras con lo que está viendo en las cartas”. Los que utilizamos frecuentemente el tarot sabemos de lo inmensamente importante que es decir la verdad si queremos recibir la verdad.